El «mar por dentro» es la metáfora con la que Liset Lantigua González nos invita a navegar por la poesía. Su palabra nos espera en la orilla del asombro y nos conduce a la comprobación de que lo inconmensurable, como el mar, también está dentro de nosotros. Para Liset, tanto en el alma como en el mar confluye todo: el movimiento y la quietud, el silencio y el estallido, la memoria antigua y la espuma efímera del presente, los miedos a lo insondable y la certeza de la huella en tierra. Expresar tales confluencias ha sido el destino elegido por esta poeta para traernos, como dice Pizarnik «nuevas desde la otra orilla». Desde allí, Liset «canta el espiral de los océanos» que alcanzó su isla y luego la condujo a tierra firme, hasta las montañas, dejando atrás «el empedrado a la infancia remota», los andenes de tren, la piel adolescente, el amor oscuro, la casa de los abuelos, la playa de arena perlada, los poetas fundamentales y el mar, el mar lleno de luz. Sus versos libres y sus décimas son las olas de ese mar guardado en su interior, convertido en el espacio poético donde reside lo que se creía perdido.

Mildred Nájera Nájera