En esta selección narrativa que proponemos, logramos entender que las constantes referencias a obras de arte, el insistente juego intertextual,
la constatación de la influencia de estilos y estructuras literarias sublimes, la destrucción de habituales límites gramaticales u ortográficos es
lo que este testigo obtiene del desborde de la realidad, una y otra vez.

Estos cuentos no realizan destrucciones intempestivas, ni se dinamita en mil pedazos el lenguaje, tampoco se promueve un encriptamiento delirante al que solo alguien igual de desquiciado podría acceder. Más bien, cada cuento, en su forma particular, hace un sencillo cambio de engranaje que desarticula todo por breves momentos.

La obra de Izquierdo está acompasada por una constante actitud de reinicio. Este es su posicionamiento, que recalca el temor a consolidar un estilo, edificar un lenguaje o abusar del soporte de las estructuras narrativas. Hacer esto sería capturar una conclusión, conseguir un ánimo recurrente, erradicar el desconcierto, la estupefacción ante lo novedoso. Sería asentar el fin de la propia voz narrativa.

Fabrizio C. Rivas.